domingo, 24 de abril de 2016

SCHUBERT :: Auf dem Wasser zu singen

Esto de la lluvia que anegó Santiago durante el fin de semana anterior y volvió anoche a la capital sirva al menos como propuesta musical; y, aunque se haya desbordado el río que atraviesa la ciudad, omitiré una audición de “El Moldava” para apuntar al gran Franz SCHUBERT con una de sus canciones célebres, Auf dem Wasser zu singen, es decir “Para cantar en el agua”.

schubert

Huelga decir que SCHUBERT fue uno de los mayores y mejores creadores en este género “menor” como es la canción culta alemana, el lied; sobra igualmente mencionar que fue uno de los más inspirados melodistas que alguna vez pisaron este mundo. En cambio, sí es interesante revisar un elemento arquetípico del compositor que se halla presente en esta obra, como es el agua. Lo resume la siguiente afirmación: «Decimos, pues, con fundadas razones, que el agua para Schubert es un genuino espacio de la mente, sumamente apreciado. […] Relacionado al tema del arroyo, del agua corriente, está el del flujo del tiempo, entendido como vertiginosa parábola del arco de la vida, a cuyos extremos se hallan el nacimiento y la muerte, y la alternativa perpetua entre alegrías y dolores, sonrisas y lágrimas, con lo cual se vuelve fuente inagotable de fecundidad espiritual, cuyo aguijón escondido lo representa el binomio de la enfermedad y la muerte» (A. Solbiati y S. Cerruti, I Luoghi della Mente: L’acqua in Schubert – traducción propia).

En este lied, el piano desarrolla un adorno descendente que pinta la imagen del agua asociada a modulaciones armónicas conmovedoras. La melodía del canto se integra con mano maestra en la “corriente” musical, impulsando el discurso iniciado por el piano en uno de los mejores acompañamientos creados por el compositor para este género — y eso, amigos, ya es decir bastante.

Para mayores detalles del poema que sirve de base a esta canción junto a su traducción al español, les recomiendo vivamente visitar esta entrada en el sitio “Classic Musica”.

Primero dejo con ustedes una transcripción para cello y piano; creo que atender a la belleza melódica es siempre una práctica reveladora cuando se trata de este compositor. Con ustedes, dos jóvenes y muy talentosas intérpretes francesas, Camille Thomas y Beatrice Berrut:

En segundo término, el lied tal cual, en voz diáfana de la soprano Barbara Bonney acompañada al piano por Geoffrey Parsons:

liszt
Y por último la transcripción para piano solista de Franz LISZT (deslumbrante y energética, como se espera del maestro húngaro) en las virtuosísticas manos del ruso Evgeny Kissin. Liszt, recordemos, no fue sólo un pianista de capacidad sobrehumana sino un artista de particular agudeza para reconocer y estimar las virtudes de otros colegas; en este caso, una vez que descubrió la música de Schubert se convirtió en adalid de esta causa, creando estas brillantes adaptaciones a fin de divulgar la obra del gran músico vienés:

viernes, 8 de abril de 2016

Genios Bien Revueltos

pantallazo
Un talentoso usuario de YouTube creó el siguiente video mezclando 57 famosos temas de 33 compositores clásicos. ¿Pueden reconocerlos todos? Les dejo el enlace al video más abajo, aprovechando para desearles un excelente fin de semana.

martes, 5 de abril de 2016

HAYDN :: “LA CREACIÓN”

joseph kaydn
Hace una semana tuvimos el aniversario de un grande: Franz Joseph Haydn, quien nació el 31 de marzo en Rohrau, entonces un modesto villorrio del interior de Austria (los mismos confines que arrojaron al mundo un Bruckner, por ejemplo).

Llamado con afecto “el Padre de la Sinfonía” aunque tal título no sea del todo exacto (esos laureles corresponden mejor a Sammartini), podemos agradecerle haber dado a la forma sinfónica un grado asombroso de entidad y definición artística, explorando sin cesar esa fórmula en más de un centenar de obras de genial inventiva. Sí es HAYDN el padre del Cuarteto de Cuerdas, una de las formas perfectas de la música clásica. Ese fue uno de sus grandes dones: la capacidad de formulación, de crear obras modélicas en los géneros que abordaba (sinfonías, sonatas, cuartetos, conciertos...); obras armónicas, bien razonadas, pero nunca exentas de ingenio, chispa y buen humor. Es que el gran HAYDN, al igual que Mozart –algo que se suele olvidar— acataba las normas, pero siempre era superior a esas normas.

HAYDN fue fecundo y renovador hasta el fin de sus días. En esta última etapa encontramos obras que resumen su sabiduría musical y otra vez dictan cátedra en el ámbito de la forma: me refiero a sus dos oratorios, La Creación y Las Estaciones. Para recordarlo, les invito a oír selecciones del primero de estos dos:
Creación Miguel Ángel Capilla Sixtina

El maravilloso recitativo que ilustra el primer amanecer y primera noche. Haydn es incomparable al describir las primeras luces que se abren paso en la oscuridad primigenia. También asigna claro carácter masculino al sol y femenino a su contraparte. El contraste genera un instante de dulzura mágica; no hace falta entender el alemán para reconocer la tenue y silenciosa claridad de la luna. En ese momento ha nacido el primer nocturno orquestal...

Dice el texto de esta parte: «Con todo su esplendor se eleva ahora el sol radiante, como marido victorioso, gigante, fiero y exultante recorre su camino. Con paso leve y etérea claridad se desliza la luna en la noche silenciosa. La bóveda celestial se engalana con el innumerable fulgor de las estrellas. Y los hijos de Dios proclaman su poder, anunciando el cuarto día con un canto celestial».

HAYDN fue sin la más mínima duda uno de los grandes compositores de todos los tiempos, y el oratorio “La Creación” muy posiblemente, en su conjunto, la cima más importante de su vasta obra.

Mi querido amigo Elgatosierra nos comenta que “según Solomon (2001, 92), uno de los biógrafos de Beethoven más nombrados siempre: ‘Beethoven asistió al concierto del 27 de marzo de 1808 en honor del septuagésimo sexto cumpleaños de Haydn; allí se ejecutó La Creación. Permaneció de pie con los miembros de la alta nobleza, «a la puerta del salón de la universidad, para recibir al venerable huésped que llegó en el carruaje del príncipe Esterházy», y lo acompañó mientras lo introducían en una silla de manos, al son de trompetas y tambores. Afírmase que Beethoven «se arrodilló ante Haydn y besó férvidamente las manos y la frente de su anciano maestro». Después de la muerte de Haydn, un hecho que no se menciona en la correspondencia de Beethoven, desaparecieron todos los indicios de resentimiento y amargura, reemplazados por una actitud de elogio y afecto ilimitados. Durante los años siguientes Beethoven se refirió siempre a su antiguo maestro con términos reverentes, y lo consideró el igual de Händel, Bach, Gluck y Mozart. Y cierta vez incluso rehusó reconocer que él mismo merecía un lugar junto a estos hombres. «No despojéis de sus laureles a Händel, Haydn y Mozart», escribió en 1812 a un joven admirador; «tienen derecho a los suyos, pero yo aún no he conquistado ninguno.»’

“En 1812 BEET ya había compuesto los 5 conciertos para piano, el de violín y el triple, 11 cuartetos de cuerdas, ‘Egmont’, ‘Leonora’, 7 sinfonías, 26 sonatas para piano y algunas series de variaciones inmarcesibles, 6 tríos para piano..., pero todavía seguía humillándose ante HAYDN... JAJAJA”.

Bernstein
Admiremos estas selecciones del Oratorio “La Creación”, de Franz Joseph Haydn, en versión de Lucia Popp, Kurt Moll, otros solistas, Coro y Orquesta de la Radiodifusión Bávara, todos bajo la dirección del inolvidable Leonard Bernstein en junio de 1987:

» D E S C A R G A

MP3 ABR 320 kbps 48 kHz | 14 pistas | .7z 160,9 mb | Yandex

 
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