lunes, 29 de septiembre de 2014

Río adentro

interior

Es curioso. Todos tenemos nuestros pequeños puntos de inflexión durante el día. Serán unos segundos, a veces un poco más, cuando suspendemos el ritmo del quehacer y experimentamos la necesidad de un respiro, una pausa para recobrar el aliento. Las muchas cosas que nos agitan, o las pocas, imprimen con más fuerza su peso sobre nuestros hombros y nos recuerdan esa fragilidad esencial que tan empeñosamente queremos evadir.

Es entonces cuando retrocedo a mi interior, me alejo del instante y su tumulto, busco los parajes de la memoria o más aún, entablo un diálogo silencioso con Quien sé que puedo encontrar en confiada quietud interior, libre de máscaras y de urgencias.

Ahí descanso, en esa morada íntima. Ahí, donde uno es quien es y las pretensiones están de más. Siento algo muy parecido a un espaldarazo reconfortante que me lleva de vuelta al quehacer. Todo esto ocurre sin dar mayor noticia al entorno. En la quietud reviven las fuerzas necesarias para la acción; sin eso, sin interioridad —permítanme más: sin espiritualidad— no creo que pueda uno remontar con éxito las tempestades exteriores ni cultivar auténtica personalidad.


miércoles, 24 de septiembre de 2014

In Memoriam CHRISTOPHER HOGWOOD (1941-2014)

Otra vez luto para la Música historicista: Ahora hemos perdido al insigne, genial músico inglés Christopher Hogwood. El maestro falleció hoy miércoles 24 de septiembre, con 73 años cumplidos, víctima de una enfermedad que se arrastraba ya durante meses.

Hogwood fue clavecinista, clavicembalista, director y entusiasta impulsor de agrupaciones musicales tan trascendentes como el “Early Music Consort” junto a David Munrow en 1967, y luego, tras la muerte de su colega, la “Academia de Música Antigua de Londres” en 1973. Fue uno de los pioneros en recuperar las prácticas interpretativas de antaño y utilizar instrumentos «de época», es decir fabricados hoy pero siguiendo los métodos de una época específica, como el barroco o el temprano clasicismo. Con este sonido y estilo característicos, Hogwood dejó su huella en la historia de la interpretación musical, firmando inolvidables versiones de las grandes obras del repertorio europeo, desde el barroco hasta el romanticismo germano.

Los respetos y el homenaje de esta página a un maestro que será inolvidable.

NOTA: Para mayores referencias sobre el director inglés, recomiendo la entrada redactada en 2012 por mi entrañable amigo leiter: http://leitersblues.com/2012/06/christopher-hogwood/

jueves, 18 de septiembre de 2014

{Especial Fiestas Patrias} «CASA de CANTO»

Doña Margot

Cara trasera del disco, con doña Margot Loyola en imagen central Llegó el 18 de Septiembre, cumpleaños de la Patria, lo que en Chile supone el desahogo bullicioso del espíritu de fiesta, tonificado por la cercanía sensible de la primavera y su cálido paisaje de flores, hojas y colores. Todo se reanima y festeja, como uniendo en un mismo gozo a la tierra y sus habitantes.

En sintonía con el ambiente, comparto esta vez un disco de la gran Margot Loyola, intérprete y recopiladora de folklore chileno, compañera de entusiasmos y labores con Violeta Parra y otros tantos nombres insignes que aprendieron la música “nacida de la tierra” y luego supieron darle nueva trascendencia. Doña Margot, con su longeva trayectoria, perdura hasta el presente como aliento y referencia para cuantos se enamoran de esta vertiente creativa, palpitante de vida e identidad.

A modo de comentario sobre el registro que les dejo, prefiero tomar las palabras muchísimo más oportunas del historiador Eugenio Pereira Salas, que ilustran el contexto de esta música:

Los sitios de recreo tienen importancia en la sociología de la música, pues sirven de trasfondo en el proceso de hibridación de las formas líricas y bailables. En la época de la Independencia, abierta y liberal, los Padres de la Patria se entretenían en los “parrales”, en las “higueras” del Tuerto Trujillo o en los estrados de la calle de Duarte, al alegre son de la zamacueca y el escobillado de la sajuriana. En la época romántica, ensimismada y sigilosa, la burguesía naciente creó nuevos tipos de recreación, entre otras las “Casas de Canto”. Allí se ejecutaba, para pasar la tarde en agasajo, el repertorio ecléctico de esos tiempos, en que la languidez de las habaneras, nostalgiosas de trópico, imprimían un ritmo peculiar a las tonadas de los abuelos. Este disco, admirablemente interpretado por Margot Loyola, artista inteligente y estudiosa, representa el repertorio de una de estas casas de canto, la que animó entre 1902 y 1912 don Ismael Carter, donde el soplo de los valses de la opereta vienesa daba a esta zona marginal de la belle epoque un tinte social característico. Los Carter, unidos por la enseña del trío Fru-Frú, formaban un conjunto familiar. Don Ismael tocaba el piano con esa técnica del entrelazado, cuya enseñanza se trasmitía de oído. Sus hermanas, Cristina y Genoveva, cantaban con alta y buena voz al son del arpa y la guitarra. Una allegada se aplicaba al rumoroso “tormento”. Don Ismael llevó por los caminos de América esta música de fin de siglo. Estuvo en las ciudades del Norte, alumbradas entonces por el oro del salitre. Subió a Bolivia. Residió en Buenos Aires, para regresar a Chile a reabrir su hospitalaria casa, con el criollo nombre de “Huasos de Petorca”. Esta música fue grabada en los primeros discos nacionales de la Casa E. Band, para alimentar el fonógrafo de larga trompeta, con sus cilindros olientes a cera y a miel. Corría el año glorioso del primer Centenario de la República. En la concurrida tertulia se bailaban cuadrillas, polcas y mazurcas y se oía música chilena, tonadas, cuecas y canciones, interpoladas con las arias favoritas de la ópera y la zarzuela y los couplets de moda. Música que se va, sin duda, con los carros eléctricos y los coches de posta, los jueglos florales y las filarmónicas, pero que Margot Loyola, interpretando el repertorio de los Carter, rescata como documento objetivo de un ayer muy nuestro, en que los más importantes personajes de nuestro período parlamentario firmaban regocijados el álbum de esta familia de artistas.
» D E S C A R G A

MP3 ABR ~224 kbps 48 kHz | 13 temas | JPGs | RAR 60,9 mb | Yandex

viernes, 5 de septiembre de 2014

poesía | NICANOR PARRA

Cumple cien años de vida un eminente creador, miembro de una familia esencial para la cultura chilena, como es la familia Parra. Lo homenajeamos con uno de sus anti-poemas más reconocidos.


El Hombre Imaginario


El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario

De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios

Todas las tardes tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios

Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario

Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario.

Nicanor Parra

jueves, 4 de septiembre de 2014

Feliz cumpleaños 190, Professor Dr. BRUCKNER

Josef Anton BRUCKNER (1824-1896) / foto de la época

Hace 190 años, en un pueblecito austríaco llamado Ansfelden, sito entre lomas verdes, rumores de ganado y hábitos inmemoriales, nació ANTON BRUCKNER.

Primogénito de cinco hermanos, el futuro maestro del lenguaje sinfónico era de cuna humilde: su padre ejercía como profesor de escuela y organista de la iglesia de Ansfelden. Allí también, en el coro, cantaba su madre, que además trabajaba como criada para robustecer el sustento familiar. El pequeño Bruckner, que venía demostrando sus facultades desde los cuatro años, se sumó pronto a las labores para sostener el hogar: a partir de los siete años comenzó a asistir a su padre en las clases de música, con diez pudo ya tocar el órgano en la misa dominical y con doce, hacerse cargo de todo al enfermar y luego morir su progenitor.

Brueghel el Viejo

El apacible poblado de Ansfelden en algún momento del siglo XIX

La familia se muda a otro pueblo y él es enviado a la Abadía de San Florián, lugar que acabará convertido en su epicentro espiritual. La vida lo llevará lejos, dentro y fuera de Austria, y su existencia será larga; pero Bruckner siempre volverá a este remanso. Allí descansan hoy sus restos, bajo el gran órgano de tubos. Oportuno, ya que este instrumento grandioso será el vehículo donde brillará el talento del compositor para sus contemporáneos. A la posteridad, en cambio, nos ha quedado su obra, que bien resume el sitio «Musicalario»:
Sus sinfonías, incomprendidas en su tiempo, expresan el amor a la naturaleza y la profunda fe del compositor, al tiempo que constituyen una original síntesis entre la más atrevida armonía romántica y la tradición contrapuntística más severa.
Queda mucho que decir sobre este gran artista, que llegó a la gloria desde las aldeas. Su nombre está vinculado a Wagner, a Brahms, a Viena, a Mahler, a Hans Rott... Pero hoy brindemos en su honor, que bien se lo merece. ¡Feliz cumpleaños, maestro Bruckner!


Coda del movimiento final de la Sinfonía nº 4 / versión antológica del gran Sergiu Celibidache y la Filarmónica de Munich, 1993. Si no es la secuencia más sublime de la música sinfónica, le falta poco. En ese crescendo memorable, el campesino-genio de Ansfelden revela la «profundidad teológica» de sus ideas musicales.

lunes, 1 de septiembre de 2014

LEITER


Alguien me envió el otro día una de esas frases ilustradas que circulan tanto en Internet. El montaje, a medio camino entre el chiste y la reflexión, incluía una lápida y en ella la recomendación de visitar el cementerio cada vez que alguien se sintiera indispensable. La moraleja del meme apuntaba a que nadie es tan importante como para detener el mundo, que sigue girando después de cada muerte.

Pues bien, discrepo. La frase lapidaria podrá tener aplicación “didáctica” sobre esos ególatras que necesitan golpes de realismo crudo. Para lo demás, falla; porque cada persona es y será siempre única. Ni más ni menos. Y hay mundos que se detienen, incluso mundos que acaban con cada desaparición.

Cuando los amigos se van los recuerdos no sólo se agolpan sino que, con el paso del tiempo, crecen. El espacio que dejan vacío comienza a acumular sensaciones perennes —sensaciones, no sentimentalismos— que sirven de testimonio a la huella que los ausentes imprimieron en el alma de quienes los recuerdan. Es aquella “segunda vida” que menciona Manrique en sus Coplas.

deviantartUna sugestiva imagen del cementerio de Würzburg / foto: sorb

El pasado 28 de Agosto se cumplió un nuevo aniversario desde la abrupta partida de este mundo de quien fuera un gran amigo, uno de los mejores que haya conocido por estos pagos: Javier Menéndez Ciudad, conocido en la blogósfera por su seudónimo, «leiter». Quiso ser director de orquesta y no pudo (leiter es la palabra alemana para «director»).

Un inspirado día decidió abrir en Internet su «bar virtual de copas», como tituló cariñosamente a ese blog inolvidable, Leiter's Blues. Logró una maravilla combinando sus amplios conocimientos con el calor de su carácter. Nunca fue un distante erudito, sino un ser humano abierto a compartir en primera persona sus ricas experiencias, opiniones e intereses. Precisamente tomé contacto con él en la siempre extensa lista de comentarios escritos bajo cada entrada por los visitantes. ¡Qué intercambio de opiniones surgía en ese espacio, libre y naturalmente, con Javier siempre involucrado atendiendo consultas o agradeciendo las palabras que los cibernautas pudieran dejar estampadas!

cubiertaEl compositor favorito de Javier siempre fue Mozart, pero todo el repertorio austro-alemán calaba hondo en él. O en ambos, porque fue uno de nuestros puntos de coincidencia más enriquecedores. Gracias a Javier me deshice de mis prejuicios contra Schumann; con Javier compartimos el entusiasmo por los dos maravillosos músicos judeo-alemanes de Hamburgo, Mendelssohn y Brahms; fue a Javier a quien pedí las primeras, valiosas pistas cuando prendió en mí el súbito interés por Bruckner. Este creador grandioso pero malquisto, a menudo ignorado en el mundo latino, era para Javier uno de los sumos creadores sinfónicos, y su Séptima Sinfonía, en Mi mayor, la más sublime de toda la literatura musical. Así de rotundo:
»En mi opinión, la sinfonía más grandiosa y perfecta jamás compuesta. Obra de trascendente inspiración, revela el carácter pusilánime del autor. Es un grito, una súplica, un deseo, un adiós…«
Con esta obra, pues, dedico un cálido recuerdo a la memoria imborrable de mi amigo. ¡Descansa en paz, Javi!


BRUCKNER: SINFONÍA núm. 7 en MI Mayor

1. Allegro moderato
2. Adagio: molto lento e maestoso / Sehr feierlich und sehr langsam
3. Scherzo: Vivace / Sehr schnell
4. Finale: Allegro ma non troppo / Bewegt, doch nicht zu schnell

Orquesta Filarmónica Checa / Lovro von Matacic

Versión extraordinaria que basta para demostrar la autoridad de Matacic en el repertorio bruckneriano. El sonido cálido y algo más “crudo” de la Filarmónica Checa aporta un encanto propio.
» D E S C A R G A

MP3 ABR 224 kbps 48 kHz | 4 tracks | RAR 108 MB

» Comentario de leiter a esta sinfonía
Bruckner en el blog
 
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