lunes, 23 de junio de 2014

[repost] Un poco de RICHARD STRAUSS


No hace mucho celebramos un aniversario más desde que vino a este mundo don Richard Georg STRAUSS (* Múnich [Baviera] 11 Jun. 1864 ~ † Garmisch-Partenkirchen, 8 Sept. 1949) y, dada la escasez de tiempo para compartir con ustedes algún material de mis estanterías, opto por reflotar un post de 2011, en el cual escuchábamos grabaciones históricas del mismísimo compositor empuñando la batuta. Y es que fue, aparte de creador genial, un gran director de orquesta; gozaba de dotes naturales para hacerse entender por sus dirigidos y obtener de ellos una musicalidad superior. Eso sí, desde el podio nada delata su enorme capacidad porque, al revés de su eufórico colega Mahler —o incluso de su propia exuberancia al escribir música—, los gestos de Strauß eran parcos casi llegando a la desidia.

Richard Strauss dirigiendo su poema sinfónico “Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel” / comentan Yehudi Menuhin y George Szell

Disfruten nuevamente las grabaciones históricas de Strauß, registradas en los años veinte del siglo pasado junto a señeras formaciones sinfónicas de la Alemania de entonces:

disco»RICHARD STRAUSS EMPUÑA LA BATUTA« — Registros históricos de 1928 y 1929 Grabaciones de Richard Strauss interpretando obras propias y ajenas al frente de la Filarmónica y la Staatskapelle de Berlín. Pincha el título o la carátula del disco para ir directamente al post.

viernes, 20 de junio de 2014

Lieder de SCHUBERT junto a Sviatoslav RICHTER y Dietrich FISCHER-DIESKAU

Schwind«Mañana» / Moritz von Schwind, 1858

En el fondo todos queremos ser únicos. Y la verdad es que lo somos, pero anhelamos reconocimiento. Es justo: cada persona en este mundo “tiene su gracia”, su encanto particular, pero no todos la ven. A veces casi nadie. ¡Qué desperdicio! Tanto como el amor revela a los enamorados la riqueza íntima del otro, así también debiéramos atrevernos a mirar al mundo con ojos benévolos (que no ingenuos); probablemente descubriríamos el colorido que revisten personas y situaciones a los cuales la vida común, en su tropel de falsas urgencias, ignora.

¿A qué viene todo esto? Schubert. El gran músico ignorado en la capital europea de la música, Viena. Lleno de originalidad, lleno de talento, lleno de amigos (en su mayoría tan ignotos como él) pero invisible más allá de ese territorio privado. Sólo otro habitante de Viena igual de grande —Beethoven— supo calar en la modesta personalidad de ese hombre bajito que lo admiraba: “Verdaderamente hay en este joven una chispa divina”, dicen que exclamó en su lecho de enfermo al hojear unas partituras suyas. Lástima que los cazanoticias no accedieron a los salones indicados pregonando esas palabras, porque a diferencia del mismo Beethoven o de Mozart antes que él, Schubert ya no estaba vivo cuando su obra arrancó por fin los aplausos que siguen sonando hoy, más de dos siglos después.

Schubert y amigos
Franz junto a dos amigos

Sin embargo, por esas paradojas, Schubert tenía el don de reconocer a los demás y de convertir ese reconocimiento en canción. En un país germánico como Austria, donde cantar es parte de la vida diaria, él supo escribir las mejores melodías de su tiempo y además sin maltratar un solo verso de aquellos poetas que encendían su chispa divina, antes al contrario, favoreciendo la expresión de sus palabras con un nuevo alcance.

Por eso los lieder de Schubert son únicos. Inconfundibles. Tanto como el talento de los dos artistas que hoy les invito a escuchar: Sviatoslav Richter en el piano y Dietrich Fischer-Dieskau en la voz, los cuales ofrecen un recital de lieder (canciones) de Schubert en el Festival de Salzburgo, el 29 de Agosto de 1977, con un repertorio de obras conocidas y otras que debieran conocerse más. Ahora sí, artistas únicos para música única. ¡Disfruten, amigos y amigas!

» D E S C A R G A

MP3 CBR 224 kbps 48 kHz | 23 tracks | RAR 127 MB

 
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