Esto va para el amigo Ernesto
con la esperanza de reconfortar
sus dificultades.
¡Coros Rusos! Ese solo nombre evoca la sonoridad remota y visceral de una danza polovesiana. El siglo del Romanticismo produjo acontecimientos angulares para la historia de la Música, entre ellos el despertar de los “nacionalismos”, ese Eureka! de identidades que se descubrían a sí mismas y que tanto renovó la cultura europea a través de nuevas voces, nuevos estilos, nuevos modos expresivos. Buena parte de los mejores músicos del Diecinueve eran nativos de regiones poco menos que inexistentes en el “mapa cultural” de un siglo atrás: Noruega, Hungría, Bohemia, Polonia, Finlandia... y Rusia. La eclosión de los rusos fue potente. Una generación de visionarios opuso la novedad basada en lo propio —esa riqueza popular que hoy llamaríamos étnica— a las influencias importadas del extranjero. Las salas de concierto y los teatros fueron tomados por asalto con una imaginería fascinante, gestándose un arte que pocos años más tarde daría lecciones a las vanguardias europeas. La ópera, logro complejo que no se consigue en todas partes, fue asimilada con rapidez; aún más, fue una ópera la que marcó el nacimiento público de la “música rusa”: Una Vida por el Zar, del “padre” Glinka. El género lírico acrisolaría las tendencias y los hallazgos de los compositores sucesivos, dando cabida a la fantasía (Rimsky), a la historia (Borodín), a la naturaleza humana desnudada con genialidad (Músorgsky)... Hoy les comparto una selección de episodios corales firmados por estos cuatro autores, en versión del Coro y la Orquesta Sinfónica del Teatro Bolshoi bajo la batuta de Alexandr Lazarev. Un detalle: no obstante la retirada napoleónica, los franceses dejaron como botín de los Zares su escuela instrumental para vientos de metal y madera. El aislamiento soviético interrumpió cualquier otra influencia significativa sobre la concepción orquestal rusa —una de las más geniales del mundo— a cuyo temperamento expresivo lo distingue cierta “crudeza”, arrebato y explosividad que no excluye la dulzura. Así nació un timbre único, adictivo para quien ha escrito estas líneas.
COROS DE OPERAS RUSASWMA • 320 kbps • 148 MB